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Chile: el Triunfo Feminista de una Constitución Paritaria

El domingo 11 de abril de 2021, Chile vivirá otro de los hitos del Proceso Constituyente y una de las elecciones más importantes desde el retorno a la democracia cuando, junto a gobernadoras o gobernadores regionales, alcaldes o alcaldesas y concejales o concejalas, la ciudadanía podrá votar para elegir a 155 personas que integrarán la Convención Constitucional que estará a cargo de redactar la nueva Constitución, a quienes deberían sumarse los escaños reservados para pueblos originarios y afrodescendientes, proyecto que se discute en el Congreso.  

Sobre el resultado de esta futura elección de constituyentes, ya tenemos la certeza que será paritaria. Esto, luego que junto al triunfo del Apruebo en el plebiscito del 25 de octubre, la opción Convención Constitucional, la única que aseguraba la paridad, se impuso con un porcentaje cercano al 80%, instalando un hecho histórico: Por primera vez un país de América Latina contará con un órgano paritario para redactar su Constitución. La Convención Constituyente paritaria chilena será la primera en el mundo.

Triunfo de las mujeres y feministas organizadas durante meses de protesta social y que luego de firmado el “Acuerdo por la Paz Social y nueva Constitución” de noviembre 2019, exigieron la participación igualitaria de las mujeres en la redacción de una nueva Carta Magna, presentaron propuestas, hicieron un fuerte trabajo de incidencia y lanzaron campañas con hashtags como #ParidadYa, hasta que el proyecto de ley logró ser aprobado en el Congreso Nacional el pasado 4 de marzo.

Para garantizar el resultado paritario, se ha establecido que en los distritos que eligen un número par de convencionales deberá haber igual número de mujeres y de hombres (50 y 50), mientras que  en los distritos impares se aplica un equilibrio de género, donde la diferencia entre géneros no podrá ser superior a uno, es decir, se elegirán máximo 2 cupos del mismo sexo si el distrito elige 3. Un mecanismo de corrección permitirá que en ningún distrito quede un género sobrerrepresentado.

Una lucha histórica 

Catalina Rubilar Maturana, integrante del grupo de trabajo de Política Fiscal de FESminismos, sostiene que la Convención Constitucional paritaria es la etapa cúlmine de un primer capítulo de la historia del movimiento de mujeres en Chile, que se comienza a gestar con el sufragismo- “¿Y por qué me voy tan atrás? -señala- Porque el derecho a sufragio fue la primera lucha de las mujeres por incidir en el espacio político social, comprendiendo la importancia de tener derecho a voto”.

Rubilar, administradora pública, integrante del Comité Central y Encargada Nacional Universitaria de la Juventud Socialista de Chile, plantea que la historia de este movimiento continúa con la obtención de derechos civiles y luego con los espacios ganados por las trabajadoras durante la Unidad Popular. Destaca la lucha de las mujeres por las y los detenidos desaparecidas, en la resistencia contra la dictadura; así como el retorno a la Democracia con el ingreso de mujeres al espacio político y de gobierno, la Revolución Pingüina de 2006, donde las secundarias tuvieron un rol protagónico, para llegar al 2011 a una gran movilización estudiantil.

“El movimiento social de mujeres en Chile data del movimiento sufragista y más atrás, el contexto chileno permite darnos cuenta de la necesidad del grito y de la voz femenina, que pasa del derecho al voto y al “nos siguen matando”, una frase que muestra nuevamente que las mujeres debemos involucrarnos no solo en la vida social, sino también en la política y la institucional”, apunta.

En el mismo sentido, la periodista Javiera Vallejo Dowling, quien integra el grupo regional de economía feminista de FESminismos, pone de relevancia la revuelta feminista en Chile. “Por lo menos hace unos tres 8 de Marzo que tenemos una convocatoria inmensa y eso se suma al proceso del Mayo Feminista de 2018, que también es una movilización que fue un referente tanto a nivel nacional como internacional y que ha ido instalando esta nueva ola del feminismo”.

Esta participación política de las mujeres, según Catalina Rubilar, contrastó con la baja representación de mujeres en los gabinetes de los gobiernos de la Concertación y solo en el primer periodo de Michelle Bachelet se advirtió la preocupación por insertar más mujeres en espacios de poder. “Eso iba de la mano con un movimiento social donde el feminismo siempre existió, pero esto no se veía reflejado en los espacios institucionales, partidarios, de gobierno, parlamentario, ni del Estado”.

Para la joven militante y activista feminista, el logro de la Constituyente paritaria refleja también una larga pelea por los espacios políticos antes y durante las movilizaciones sociales. “Por un lado tenemos el movimiento social feminista, como también los estudiantiles, pero por otro, el rol de las mujeres dentro de los partidos políticos, la lucha por ser escuchadas también generó que se golpeara la mesa y que de a poco dentro de los espacios partidarios empezara a existir esa lógica de la paridad en las mesas, el Comité Central, etc.”, según explica. “Son las mismas compañeras de los partidos políticos quienes después negocian la paridad dentro del Parlamento con este Acuerdo por la Paz, y a pesar de que este acuerdo en principio se hace sin el movimiento social, las mujeres son las primeras en decir, esto es lo que tenemos ¿cómo nos vamos a involucrar? Y fuimos por el todo o nada; cuando se abre la instancia de tener un Proceso Constituyente fue, bueno, pero este espacio tiene que ser paritario”.

Javiera Vallejo, que también forma parte del Comité Internacionalista de la Coordinadora Feminista 8M (CF8M) plantea que tanto la revuelta como el Acuerdo por la Paz están atravesados por una voluntad feminista. “Una de las primeras cosas que se hizo desde el mundo feminista fue organizarse, acuerparse en torno a instalar dentro de la revuelta las demandas feministas y también estar vigilando -sobre todo las feministas de partidos- lo que se estaba gestando a partir del Acuerdo y lo que se estaba haciendo a nivel de Congreso. Ahí hubo dos líneas, una presión enorme del mundo movilizado respecto a las demandas feministas, y esta presión que ejercían las mismas feministas de partidos a sus congresistas para la conformación de la Constituyente paritaria”.  También es crítica con el oportunismo de algunos sectores y afirma que “La bancada de género es transversal, involucra a gente de la derecha y personalmente pienso -como muchos sectores del feminismo- que ser de derecha y ser feminista es un poco incompatible”.

Para Catalina Rubilar resulta importante valorar el rol de las parlamentarias en la aprobación de la paridad. “No tan solo de senadoras y diputadas, igual sus asesoras, en especial las que son feministas, quienes dijeron en la calle las mujeres están exigiendo ser representadas, cómo hacemos carne esto, porque las mujeres en la historia son las primeras en entender que el espacio público y el privado se entremezclan y por eso la acción política se encuentra en todos los espacios. Pienso que los políticos no lo visualizaban, específicamente refiriéndome a los hombres y a los partidos políticos en general”, advierte y confía que en este Proceso Constituyente, “no existe una palabrería por decirlo de alguna manera, no hay una firma dentro de un papel donde dice el Proceso Constituyente va a ser paritario, sino más bien, o es paritario o no lo es, se parte al revés, desde la exigencia de la calle, del movimiento social”. 

Grandes desafíos de la paridad

Si bien no duda en catalogar de histórica la posibilidad de redactar una Constitución en paridad, Catalina Rubilar también señala el carácter colectivo de esta conquista.  “En el espacio emocional cumplimos el sueño de ser representadas por nosotras mismas, muestra de que si existe un trabajo en conjunto, no de las demandas per se, sino del reconocimiento de la otra, te permite alcanzar este tipo de sueños, el poder estar dentro de un Proceso Constituyente, y ahí viene el desafío de cómo permitimos que todas las chilenas se sientan representadas”.

¿Es este un ejemplo para la región?, la feminista socialista no duda en responder afirmativamente. “Para las compañeras de otros países de Latinoamérica y del mundo es un ejemplo la lucha que tenemos las mujeres en Chile, como el colectivo LasTesis, y es que hemos vivido tanta represión, hemos sido un país tan discriminado, tan desigual, donde cala en lo más profundo el neoliberalismo pero seguimos adelante, creo que por eso nos miran”, sentencia.

El desafío, entonces, junto con reflejar e incluir las demandas históricas y sociales de más de la mitad de la población, también recae en el reconocimiento de las disidencias y aspirar a una perspectiva de género dentro de la nación. En sus palabras, este reto es gigantesco. “No representar a los movimientos feministas sino más bien que estos sean parte de la constituyente, cómo el movimiento social, las activistas medioambientalistas pueden ingresar a la Convención. Los partidos políticos de oposición tienen que comprender que hay que avanzar en una unidad necesaria entendiendo el contexto y el proceso histórico que vivimos, pero que es la ciudadanía misma la que tiene que participar, tenemos un abanico tan grande de temáticas que se necesitan tocar en la constituyente que el desafío es abrir el espacio y las mismas mujeres deben abrirlo a la representación de todas”, enfatiza, sin desconocer que será complejo competir con otras luchas de poder y egos políticos, pero confía en entregar a la gente la representación.

La periodista Javiera Vallejo precisa que las demandas feministas tocan fibras sensibles del sistema social “como pasó en Brasil, Uruguay, Ecuador, Bolivia, donde se han agudizado posiciones conservadoras, reaccionarias y contra la vida de las mujeres, entonces no va a ser una discusión fácil en términos democráticos dentro de la Constitucional, se requiere una presión social importante”.

Sobre la posibilidad que la Coordinadora 8M lleve candidatas, indica que es una discusión que se está dando. “En general el mundo social yo creo que va a ir a disputar la Constitucional, va a ser una opción de una parte del mundo organizado, y si eso sucede hay que apostar a esas candidaturas, las que se puedan levantar de la manera más independiente posible”, esto, pese a las mayores dificultades del mundo independiente para acceder a un escaño. 

Añade que según su opinión el proceso constituyente en si excede lo constitucional, ”entonces es importante que podamos mantener la organización para, por ejemplo, seguir peleando cuando los temas pasen al Congreso y ejercer presión porque la Constitucional no solo verá los derechos sociales, de agua, igualdad de sueldos, que son demandas urgentes, también hay una discusión de fondo sobre la configuración del Estado y el sistema democrático, los órganos de representación, eso hay que empezar a discutirlo en colectivo”.

Una agenda constituyente

El debate constitucional se irá consolidando con demandas ligadas a derechos sociales, sexuales y reproductivos, y de soberanía de los territorios.  Temas que abordará en enero 2021 el Encuentro Plurinacional de las que luchan, evento que reunirá a miles de mujeres y disidencias. Asimismo, Vallejo recalcó la importancia de la Asamblea Popular Constituyente que se está gestando desde el mundo social para “debatir acerca de la sociedad en que se quiere vivir porque hasta ahora la discusión ha sido solo sobre lo que no se quiere”.

Además, señala que una de las temáticas impostergables es la impunidad. “Toda la discusión en torno a la Constitución va a estar teñida por este contexto donde tenemos presos políticos, alrededor de 500 personas mutiladas; es relevante ver los responsables políticos como los que dieron las órdenes directas dentro de las fuerzas de orden. Va a ser uno de los temas que vamos a pelear fuerte, que el proceso no se inicie sin antes no hacer actos de reparación y de justicia”, concluye.

Catalina Rubilar, por su parte, aboga por “asumir como una necesidad imperante de nuestro país el erradicar la violencia contra las mujeres y la infancia”. Así como garantizar una educación feminista, reconocer los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, “no olvidar que no bastan las tres causales”; el salario justo, el reconocimiento de los cuidados, del uso del tiempo; “sin lugar a dudas las compañeras que nos logren representar tienen un desafío histórico”.

Las activistas feministas concuerdan que hoy más que nunca es necesario mantener la organización social y territorial como eje para fomentar el debate y la participación de cara a las elecciones de constituyentes en abril. “La historia es nuestra” y la escribiremos entre todas, todos y todes.

Esta publicación es parte del trabajo colaborativo entre Página19 y FESminismos – El Futuro es Feminista, plataforma de todos los feminismos desde la Fundación Friedrich Ebert (FES) en América Latina y El Caribe.

Foto: Feria Constituyente, Plaza Ñuñoa, 9 de marzo 2020 / Sarah Herold, FES Chile